viernes, 18 de mayo de 2012

Se venden hamburguesas


Cuando tenía  11 años fui con mi hermana Martha y mi mamá a ver a Billy Joel, yo no era tan fan, pero parte de la lucha por el reconocimiento de mis derechos me obligó a insistir en los mismos privilegios que tenía la primogénita de mis padres. La vivencia fue espectacular, quedé encantado con la experiencia de la música en vivo y comencé una visita tras otra a los espacios donde había conciertos, desde los más formales hasta los más improvisados. Durante un rato estuve definiendo la música que me gustaba y asistí a  una lista de eventos muy diversos, la cual se fue reduciendo poco a poco conforme limitaba mis intereses.

Una vez que mi gusto se había definido hacia el rock y sus derivados, en alguna ocasión fui a ver a Aerosmith, no puedo decir que no disfruté el concierto, la verdad es que conocía muchas canciones y la banda daba un buen show en vivo. Con los años el conjunto musical fue saliendo de mis gusto principales, conforme fui creciendo encontré su fórmula musical demasiado repetitiva, a su cantante un poco irritante y a su guitarrista mucho menos prodigioso de lo que vendía su actitud. Con los años Aerosmith se fue volviendo cada vez más una banda irrelevante que hacía power ballads cursis para películas malas. Cada vez que escuchaba una canción nueva pensaba que ellos eran un gran ejemplo de cómo siempre se puede caer más bajo, incluso cuando nunca has estado tan arriba, incluso cuando te has estrellado en el suelo. Hace un año, el vocalista de la agrupación se sumó al jurado de American Idol al lado de Jennifer López. Las veces que pasaban anuncios del programa y mostraban a Steven Tyler en el reality show, me convencía que eso era lo más bajo que podía tocar un rock star en sus ganas de mantenerse en el ojo del público. Hoy en día, una vez más, Steven Tyler me ha mostrado lo equivocado que estaba, un comercial de burguer king, muestra a este individuo en diferentes tomas haciendo el ridículo para promocionar la venta de hamburguesas, cada ves que pasan el anuncio, me pregunto si no debería haber una ley  que proteja a esta gente de si misma y los obligue a retirarse con un poco de dignidad, aún cuando nunca hayan tenido mucha.

Hace unos meses publiqué en este blog dos entradas sobre directores veteranos, sus pelis nuevas y mi opinión sobre si el realizador ha ganado o perdido con el tiempo. En aquella ocasión casi todos los directores salieron más o menos bien parados, algunos habían perdido lo que una vez los hizo visionarios o innovadores, pero había gran parte de su oficio que se mantenía con un estándar de calidad bastante respetable, a ninguno de ellos los mandaría  a la casa de retiro con Steven Tyler.

Nunca vi la serie de televisión Dark Shadows, de hecho la primera ves que supe que existía fue cuando vi el trailer de la película del mismo nombre y después leyendo me enteré que estaba era un telenovela gringa de culto que incluía vampiros, brujas y otros seres sobrenaturales en un pequeño pueblo gringo. La película no sólo  es otro mal refrito de éxitos televisivos del pasado, además es dirigida por Tim Burton y protagonizada por Johnny Depp, pareja que desde hace un tiempo tienen la necesidad de tomarse un descanso y salir con otras personas.

Cuando vi Beetlejuice, me pareció una de las cosas más simpáticas y diferentes con las que me había topado en mi corta vida, es una de las pocas peli de mi niñez que vuelvo a ver y sigo encontrando divertida, original y muy bien hecha, de ahí vinieron Batman y Edward Scissorhands, creo que éstas hicieron a Burton el primer director que identifiqué con claridad en mi vida. Siendo un adolescente enojado, poco apto para los deportes y complejo de feo feísimo, sus pelis de personajes tímidos, diferentes y alienados, eran uno de mis escapes favoritos. Sus cuentos de hadas torcidas donde el muchacho raro no sólo enamoraba a la chica, sino también daba una importante lección a su comunidad eran un alivio grande en mi vida.

Ya un poco más grande, con menos complejos adolescentes y con pretensiones cinematográficas, debo decir que Nightmare Before Christmas y Ed Wood, me parecieron (y me siguen pareciendo) obras originales de una mente creativa, con un estilo único. Tim Burton fue durante casi toda la década de los 90, uno de mis directores favorito. Después empezó la debacle, la cual tardé en reconocer por pequeños chispazos de originalidad en ciertos momentos de ciertas películas. Lo que le sucedió a Burton fue que el éxito, poco a poco ganó la batalla con los estudios de cine y les demostró que su visión de las cosas no sólo era la que a él le interesaba contar, sino también que era capaz de atraer grandes audiencias. Poco a poco el cine de Burton fue encontrando una zona de confort que lo llevó a repetirse y a dejar de buscar la forma salirse de las fórmulas comunes; sin embargo, aún había cierta originalidad en la técnica y las imágenes. Algunos momentos brillantes en Sleeppy Hollow y Big Fish, pero la comodidad de dirigir con dinero y sin retos se notaba cada vez más en Planet of the Apes y Charlie and the Chocolate Factory. De la misma forma las actuaciones de Depp se volvieron más acartonadas, como si su director le demandara cada menos en cada película, demasiada comodidad diría yo.  En el 2010 sucedió lo que hace 20 años hubiera sonado imposible, Burton destruyó de la forma más terrible el clásico de Lewis Carroll. Alice In Wonderland es uno de los abusos cinematográficos más grandes que se han hecho contra la literatura. No sólo decidieron convertir la historia en una secuela de la novela, sino convirtieron el mundo fantástico del autor inglés en una metáfora revolucionaria con tintes del señor de los anillos, decorados digitales espantosos y actuaciones exageradas fuera de tono, la cinta es un producto de la mercadotecnia  de los estudios Disney y de la arrogancia de un director que se siente la máxima autoridad en el terreno de la imaginación.

Dark Shadows es la misma película que lleva haciendo Burton desde hace 20 años, un intento gastado por sobre explotar la fama de quien creó un mitos sobre su talento y ahora reposa sin ningún esfuerzo haciendo películas mediocres. El guión es flojo. Como casi todos los refritos televisivos del cine, se asume que uno es familiar con el pretexto de la historia  y la construcción de los personajes se limita a una sola característica que lo definirá toda la película, la adolescente es insoportable, la matrona es dark y la doctora alcohólica. Depp vuelve a jugar su carta de rarito que lo hizo brillar al principio de su carrera y hoy en día sólo lo encasilla en un mismo personajes que a veces actúa como borracho y otras como desubicado, los efectos digitales se parecen a  todo lo que hemos visto en los últimos 10 años, sólo que como el pretexto de la historia es de caricatura todo tiene un toque exagerado para que parezca extraño, la historia introduce montones de caminos que nunca explora, como si fuera una capítulo de una serie que retomarán la semana siguiente.

Así como Steven Tyler vende hamburguesas para Burguer King, Burton usa su peli para vender McDonalds, es decir, el cine Burton se ha convertido en la peor caricatura de si mismo, quizá debería de considerar mudarse con el vocalista de Aerosmith y fundar una casa de retiro que los obligue a conservar la poca dignidad que todavía les queda.




http://www.youtube.com/watch?v=wpWvkFlyl4M

http://www.youtube.com/watch?v=88ic0-l9H_Q

1 comentario:

  1. Gustándote tanto la violencia en el cine y conociendo a Burton como lo conoces, me parece extraño que no hayas mencionado a Sweeney Todd. Me estoy perdiendo de algo?
    Como siempre muy bueno tu blog.Felicidades!

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